CREVILLENT, EL ORIGEN DE LA ALFOMBRA EN ESPAÑA
La tradición de las alfombras en Crevillent se remite a miles de años atrás durante la época romana, cuando ya se comenzaron a crear productos artesanales. Aunque la influencia más fuerte apareció durante la ocupación morisca. En el año 1411, se firmó un convenio entre las poblaciones del Vinalopó y el Segura donde se otorgaba permiso a los habitantes de Crevillente para segar el junco de esas zonas y poder fabricar esterillas.
La fabricación se fue arraigando durante los siglos posteriores y a partir de 1800 aparecen las primeras empresas dedicadas la fabricación y comercialización de las alfombras. Este grueso industrial hace que poco a poco se modernice y se incorporen en 1920 los primeros telares mecánicos. Esta actualización de la industria hace que su crecimiento se vea incrementado durante los siguientes años, creando un boom de la alfombra en Crevillent y haciendo a la localidad mundialmente conocida por sus alfombras.
Este crecimiento se vio afectado por la apertura a mercados exteriores y la crisis de consumo interno en España. Lo que provocó el cierre de muchas empresas y la creación de pequeños talleres sin apenas experiencia en el mundo de la alfombra.
Los tres valores del éxito
Para poder revertir la situación y mejorar el futuro de la alfombra las empresas de Crevillent tuvieron que centrarse en tres valores principales: Tradición, Calidad y Diseño. Gracias a esta estrategia, la industria logró reposicionarse en el mercado, poniendo en valor el producto crevillentí. Todo ello vio sus frutos a partir del 2014, donde año a año las exportaciones se incrementaron exponencialmente.